
Día tras día convivimos con cientos de interfaces con las que interactuamos, muchas de las cuales son cotidianas, conocidas y aceptadas, tales como el picaporte, que ni siquiera las vemos.
Las interfaces no son nuestro objetivo, sino que son el medio por el que llegamos a él, siendo la mejor interfaz aquella que no se ve. Pero de todas maneras, muchas de ellas, por nuevas y desconocidas, o por conocidas pero mal diseñadas, son visibles.
¿Cuántas veces, entre las aplicaciones y sitios que usamos, no encontramos lo que buscamos o no sabemos cómo hacer lo que queremos? Esta situación es el resultado de una mala interfaz, lo que a genera un problema de usabilidad.
Hoy por hoy, la humanidad está generando un nuevo medio de comunicación, el cual conlleva su propio lenguaje y una alta velocidad de cambio y evolución: la red y la comunicación hipermedial.
Cada interfaz de estos nuevos medios y su lenguaje asociado, juegan entonces un papel más importante aún que el que han tenido hasta el momento en aplicaciones tradicionales debido a la disparidad de usuarios, lenguajes, aplicaciones y la velocidad con que todos estos factores están cambiando.